No sólo soy madre

Hace unos meses, mi vida dio un giro radical. Sí, lo habíamos hablado. Sí, lo estábamos planeando; pero el dragón se implantó de improviso.
Como me conozco y me puedo volver monotema, hace unas semanas, decidí crear un rincón sólo para mi dragón y mis experiencias como «mamá en prácticas».
Lo decidí, un poco, a regañadientes: «Uff, me cuesta mantener un blog... imagínate dos».
Pero, la semana pasada fue mi cumpleaños y la semana pasada fui consciente no sólo de que seré monotema, sino de que necesito un rincón para mí. Perdón, para MÍ.

Todos los años, por mi cumpleaños, mi tía solía preguntarme qué necesitaba. A veces, me lo compraba y otras, me daba el dinero para que lo hiciese yo.
Todos los años menos éste.

Mi tía vino con una bolsa y me dijo que tenía un regalo para mí. Segundos después dijo: «Bueno, para ti, no».
No se lo dije en ese momento, pero cuando vi la bolsa, ya sabía que no era para mí. Que era para mi dragón.

He de decir que me encantó. Eran dos conjuntitos chulísimos y con los que, seguro, mi niño estará muy guapetón.

Pero claro, luego, cuando empecé a comentar la anécdota, todos me decían: «Acostúmbrate, tú ya no existes, sólo él».

¿Perdón?

Es decir, hasta noviembre del 2014 yo era hija, sobrina, hermana, amiga, novia, confidente, educadora, y, ahora, ¿sólo soy madre?

Es algo que, sinceramente, no había pensado hasta el jueves de la semana pasada. Me he pasado meses organizando una boda, cuidándome, yendo a analíticas, a la matrona, buscando mis apuntes, hablando con mi chico sobre la educación que queremos que Àlex reciba... me he pasado meses pensando sólo en eso: en mi hijo y en mi chico. En cómo hacerles más felices cada día... y me había olvidado de mí.

Y sí, voy a pelearme con todos para que mi niño reciba la educación que yo quiero. Y sí, me lo voy a comer a besos y pedorretas a todas horas. Voy a pasearle, alimentarle, educarle y amarle más allá de lo que, ahora mismo, puedo imaginar.

Pero quiero seguir siendo hija, hermana, sobrina, nieta. Quiero seguir siendo amiga, esposa, bloguera, educadora.
Quiero seguir siendo mujer.

Y no voy a ser peor madre por querer eso.

Este rincón se actualizará los lunes. Porque me gustan los lunes, son geniales. Tienes la oportunidad de empezar la semana con la mejor de las sonrisas y hacer que los días siguientes sean mejores.
Hablaré de recetas (nunca de papillas, lo prometo), de recomendaciones, libros y cosas que, como reza el subtítulo del blog, me gusten.

Para ser mamá, tengo otro blog que, espero, también leáis :)

Voy a inventar un mundo para ti

Bebé,

El tío Jorge, de Oslo, me ha pedido que escriba lo que siento mientras estás dentro de mí. Dice que escribo bien y que será un bonito recuerdo y te gustará leerlo cuando seas grande.
Mientras busco un álbum bonito y divertido, éstas serán las primeras de muchas palabras escritas para ti.
Cariño, mamá y papá queremos inventar un mundo para ti. En el que vivimos no siempre es bonito, pero, cielo, tú lo harás hermoso. Porque tengo la fe ciega de que llegas a este mundo para hacerlo mejor, para llenarlo de luz, para cambiarlo.
¿Sabes? El día que supe que te esperaba fue un poco surrealista. Llevabas semanas creciendo y yo no sospechaba nada... y eso que siempre he sido muy intuitiva.
Me senté en el vater, con la prueba en las manos, con esas dos señales intensas que, parecía, querían decirme: «Viene, viene». Y el mundo se desdibujaba entre risas nerviosas, mientras me pisaba el labio inferior y me repetía una y otra vez: «Voy a ser mamá».

El primero en saberlo no fue papá. Fue el tío Alex. Si eres chico, porque aún no sé qué serás, te llamarás como él. ¿Por qué? Muy sencillo. Después de papá, es mi mejor amigo. Uno de los chicos que más quiero. Y cuando crezcas y tengas entre 12 y 13 años empezarán nuestras diferencias. Sé que me discutirás mucho y que, posiblemente, no me cuentes tus cosas. Aunque te prometo, mi vida, que voy a educarte para que siempre confíes en mí. Pero si llega el día en que un problema te sobrepasa, si te da vergüenza decírselo a papá o a mí... mi vida, díselo al tío. Él siempre te ayudará. Siempre. Y lo más importante, no te juzgará. Yo tampoco. Es más, te agradeceré que confíes en él.

El tío me guardó el secreto sólo un día. No, él no se chivó, fui yo la que se lo dijo a la abuela Teresa. ¿Sabes? Desde que se lo dije, sonríe más y tiene un brillo en los ojos que, creo, nunca le he visto.
¿Ves? Ella dice que serás nena. A mamá no le importa, pero, por si acaso, también tenemos nombre: Llura.
La abuela se alegró mucho, aunque lo primero que pensó fue en un vestido que llevaré pronto.

Después no sabía cómo decírselo a papá. Entonces recordé que él conocía la historia de la tía Ángela (será tu tía-abuela) y de cómo le dijo a su marido que venía Miguel (tío tuyo).
Así que jugué a las indirectas. Compré unos patucos y se los di a la hora del postre. Para despistar, le dije que se comía... porque sé que te comerá a besos cuando te tenga en brazos.
Vio los patucos, me miró y yo sonreí. Papá es listo, lo pilló enseguida.

Supongo que sintió algo de vértigo. Vértigo. ¿Qué sabrás tú del significado de esa palabra? Tú, que estás ahí dentro, buceando en un líquido que te da calor, oxígeno y todo lo que necesitas.
Vértigo sentirás el día que llegues, pero mamá estará ahí, rota de dolor y de felicidad, esperando tu llegada.

El tío Jorge quiere que exprese lo que siento. Físicamente, además de haber engordado tres kilos y haberme hinchado, poco. Aún no siento tus movimientos (eres tan grande como un pomelo)
Lo que sí que sentí fueron muchas nauseas. Todo el día. Lo he pasado fatal, pero no te equivoques, mamá no está enfadada. La tía Rocío dice que es un aprendizaje de la naturaleza: paciencia.
Eso y que mi cuerpo tenía que acostumbrarse a ti.

Ahora ya llevo unos días en los que me encuentro muy bien. Con ganas de salir a tomar el sol, pasear y con muchas ganas de sentir que te mueves, la verdad.

¿Sabes? Al principio no me lo terminaba de creer. Hasta que el médico no me hizo la ecografía y escuché tu corazón...
Guau, eso sí que es un sonido bonito. ¿Bonito? Es el sonido más hermoso que he escuchado jamás. Y he escuchado muy bonitos, créeme.
Pero ninguno tan mágico como tu corazón.
Late tan deprisa como el colibrí bate sus alas.

Pronto lo volveré a escuchar. Será el día que me dicen si eres niña, como quieren la abuela y el tío Alex, o si eres niño. Espero que no nos des el culo como la última vez.

Te volveré a escribir pronto, peque. Mientras tanto, sigue creciendo.

Te quiere,
Mamá.

3, 2, 1... Bye, bye, 2014!!

Llegó el día. Hoy todas las redes sociales se llenan de «Feliz 2015», fotos molonas, buenos deseos, objetivos (que olvidaremos en febrero)... Las redes sociales y el wasap.

Y los blogs se llenan de balances de lo bueno y malo.

Sinceramente, no voy a hacer el balance. El primer recuerdo del 2014 que me viene a la mente es: mi amiga Paula y yo paseando y comentando que todavía no sabíamos que estaba embarazada (ella, no yo)
A partir de ahí todo fueron buenas noticias, proyectos bonitos y algún que otro ataque a lo bridezilla.
Tranquilos, ya lo he superado y, lo más importante, ya sé dónde estaba el problema. Pero no os voy a aburrir con esas cosas.

Hoy os voy a hablar del blog y de cómo va a funcionar. Para empezar, sábado, domingo y días de festivo, no escribiré. A no ser que sea algo SÚPER importante (que puede ser, no os confiéis)
Escribiré de educación infantil, de fotografía, de recetas ricas, ricas; de pequeños pensamientos, de mi chibibo... Vamos, escribiré de TODO lo que me gusta. Quizá así, algún día, os escriba de UNA sola cosa. Ese día, avisadme, ¡¡habré descubierto mi PASIÓN!!
En breve, decoraré el blog, os pondré un correo para que me escribáis y visitaré (y firmaré) vuestros blogs (soy muy perraca en ese aspecto, lo sé)

¿Qué más? ¿Qué más? ¡Ah, sí! De vez en cuando, tendremos invitados. Personas a las que quiero mucho y valoro y que os dejarán sus palabras en este pequeño rincón.

Ahora sí. En unas horas 2015 hará su aparición. Lo hará con frío, pero lo llenaremos de calor.
A este año le pido muchas sonrisas, salud, objetivos cumplidos y sueños bonitos. Para vosotros, para los míos y, no seamos tontos, para mí.

¡Feliz 2015!

Besitos de esquimal.

PS. Os dejo una canción, a ver quién encuentra la relación.